29/10/2021

La historia de la calle Camino, 4 San Sebastian

Tipología: Edificio de viviendas
Dirección: Camino, 4, San Sebastián.
Fecha: 1865.
Arquitecto: José Galo Aguirresarrobe y Maíz (1811 – 1886).
Promotor: Ignacio Irastorza.
Situación en el primer Ensanche: Manzana 10, parcela F.
Grado de protección en el Plan Especial del Protección de Patrimonio Urbano Construido de San Sebastián: D.
Observaciones. Se han realizado varias reformas que no han afectado al edificio en lo esencial: elevar un primer piso aprovechando las buhardillas iniciales en 1884, año en el que se colocan balcones y barandillas en la fachada a la calle Camino, un mirador en 1889, la fachada hacia el patio de manzana en 1890, el refuerzo de los tres huecos de la planta baja de la fachada principal en 1923 y sustitución del alero de madera y colocación de barandillas en el piso 4º de la fachada al patio en 1939.

El edificio situado en la calle Camino, número 4, puede considerarse como un ejemplo típico de la arquitectura doméstica de la primera parte del primer Ensanche de San Sebastián, el conocido como Ensanche de Cortázar.
Fue construido por un activo promotor donostiarra, que participó en otros proyectos similares: Ignacio Irastorza.
Se trataba de un edifico de los llamados de renta, construidos, en principio, para ser alquilados, y constaban de varias viviendas. Normalmente, se establecía una jerarquización en altura, ocupando el principal una familia de mayor nivel económico, nivel que iba decreciendo a medida que se ascendía en los pisos, siendo el menor el de las buhardillas o pisos recrecidos, como en este caso.

El autor del proyecto fue José Galo Aguirresarobe y Maíz (1811 – 1886), maestro de obras formado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

La diferencia entre la titulación de maestros de obras o arquitecto, además de una formación más larga, era que los maestros sólo podían construir edificios de iniciativa privada; cuando ésta fuese pública, debía hacerlo un arquitecto y participar los maestros de obras como segundos directores.
Así, Aguirresarobe estaba perfectamente cualificado para la labor que le encarga Ignacio Irastroza, casi inmediatamente después de iniciarse el Ensanche, aprobado un año antes, con lo que esta casa fue una de las primeras en levantarse en esa zona. Aguirresarobe tenía ya una sólida experiencia, pues había participado en la construcción de varios edificios en la parte antigua de la ciudad que hubo de ser reconstruida tras quedar arrasada en 1813. Allí desarrolló el estilo sobrio aprendido en Madrid, un estilo heredero del clasicismo del siglo XVIII que hace imponer un sentido práctico y sencillo, sin concesiones a la decoración ni en formas ni en colores o materiales. Además, la normativa del primer Ensanche y las ordenanzas de construcción de ese mismo año 1865 imponían una uniformidad en los exteriores y un utilitarismo acorde con las necesidades y aspiraciones que la pujante burguesía donostiarra quiso asegurarse en este ensanche.
La casa de Camino, 4, se sitúa en la primera parte del Ensanche de Cortázar, que se trazó sobre los glacis de las antiguas murallas, entre el Boulevard y la avenida de la Libertad, en manzanas rectangulares con un patio central, organizadas en una retícula ortogonal, dejando una de ellas vacía, la actual plaza de Guipúzcoa.
La fachada, en su sencillez, busca sobre todo la apertura del mayor número de huecos, y así, se practican seis por planta. La planta baja se hace en piedra, obedeciendo a los criterios de uniformidad de las ordenanzas. En el proyecto inicial se contemplan unos enmarques en las ventanas bastante sencillos, que no se realizaron o se suprimieron en reformas posteriores, simples enmarques rectos.
Se establecen vanos con arcos rebajados en la planta baja, destinada a comercios, que se han ido sucediendo a lo largo de los años; tres pisos, una cornisa y el piso superior, más las cubiertas con dos buhardillas.
Después, la casa ha ido sufriendo varias reformas e intervenciones que no han afectado a su forma ni a su carácter original. En primer lugar, en 1884, la casa se recreció con un piso más, elevando la cubierta y retranqueando algo en la fachada principal el nuevo piso resultante. También se añadieron balcones a todas las ventanas de los tres primeros pisos.
En 1889 un solo propietario decidió instalar un mirador en la fachada, y así lo hizo, con el pertinente permiso del ayuntamiento. En 1923 se reforzó la estructura de tres de los vanos de la planta baja, y en 1939, se sustituyó el alero de madera por uno de cemento y se colocó un balcón corrido en el piso superior al patio de manzana.
Dotada de dos viviendas por planta, las fachadas a la calle Camino o al patio jerarquizan los espacios: las habitaciones principales, el comedor y el dormitorio principal reciben aire y luz por la principal, y a ellos se abren algunas habitaciones en alcoba, defecto arrastrado desde las casas de solares más estrechos de la ciudad antigua, pues los pequeños patios que se abren no son suficientes para abrir al exterior todas las estancias. Después, la habitación de servicio y la cocina se abren al patio de manzana. Todas las viviendas tiene un aseo, ventilado por el patio de luces, respondiendo a las necesidades propias de la nueva sociedad, que reclama unas mejores condiciones de vida y que diseña el alcantarillado al mismo tiempo que se traza la estructura urbana del Ensanche.